AGUA DEL MAR: UN PLASMA MARINO AL ALCANCE DE TODOS

La enfermedad que llevo conmigo

es el amor a los seres humanos

RENÉ QUINTON (1866-1925)



pedro pozas terrados

* Artículo elaborado por PEDRO POZAS TERRADOS

Naturalista. Primatologista

Director Ejecutivo y Coordinador del Proyecto Gran Simio

Voluntario activo de Greenpeace

Director de Proyecto Fotográfico Libertad

Director y guionista del Programa “Voces del Planeta”

Este segundo artículo de Pedro Pozas Terrados forma parte de una interesantísima serie monográfica, la cual está dedicada a las aportaciones de las investigaciones de René Quinton sobre las propiedades del agua del mar y sus beneficios para nuestra salud.

Para una óptima comprensión del mismo, recomendamos encarecidamente el visionado previo del primer artículo de la serie. También os ofrecemos el presente artículo en formato de presentación powerpoint y en pdf (descargables al final del artículo). Rogamos vuestra colaboración en la difusión.

A continuación os facilitamos el enlace del primer artículo, en el cual se irán aglutinando los enlaces de toda la serie (haz click sobre la imagen):

UN PLASMA MARINO AL ALCANCE DE TODOS

El mar, cuna de todos los seres vivos, fuente de vida, abre su secreto al mundo y nos entrega su tesoro más valioso: la SALUD.

René Quinton, un científico que sólo se preocupaba por la salud de las personas, descubrió las grandes propiedades curativas que tenía el mar.

Realizó varios experimentos que le llevaron a la fama, momento en el que comenzó en Francia el nacimiento de los dispensarios marinos impulsados por él. En ellos se atendía a niños desnutridos, salvándoles la vida inyectándoles agua de mar.

También trató a personas adultas de innumerables enfermedades que curaba con el mismo método. Su fama y su remedio se extendieron por el mundo y los dispensarios marinos comenzaron a surgir en diversos países.

Las teorías de Quinton, con sus Leyes de la Constancia, nos dieron una visión del origen humano y de la salud basada en la Vida y en el equilibrio holístico (tratar a la persona como un todo, como una entidad y no por partes separadas).

En cambio, la teoría de la evolución atribuída a Darwin (copiada de Lamarck) y la Teoría de los Gérmenes de Pasteur (que en aquellos años competían intelectualmente en igualdad con las ideas de Quinton) se centraban en la competitividad, en la lucha. El desequilibrio y la muerte.

– Darwin, Pasteur, Lamarck y Quinton –

Mientras que el plasma de Quintón fortalecía el organismo en su conjunto, el suero de Pasteur, la vacuna, intentaba aniquilar un tipo de microorganismo concreto declarado enemigo, el cual era específico y por lo tanto no servía para destruir otro microbio diferente.

Quinton, desarrollando sus Leyes de la Constancia y fortaleciendo el terreno donde la célula vivía, demostraba que ningún germen patógeno podría vivir en el mismo, por lo que actuaba directamente fortaleciendo y defendiendo a todo el cuerpo ante cualquier sustancia invasora.

Pronto el plasma de Quinton curó gran número de enfermedades que se habían creído incurables y que la medicina de su tiempo y las técnicas de Pasteur simplemente ni podían tratar. René fue considerado en todo el mundo como un gran benefactor de la Humanidad, homenajeado por gran número de Jefes de Estado, militares médicos, intelectuales… hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial.

Durante la misma y ante miles de soldados heridos, al no existir plasma suficiente, se empleó el plasma de mar con resultados brillantes.

Pero la guerra hizo olvidar los grandes logros de Quinton y los dispensarios fueron cerrados uno a uno en poco tiempo. El interés económico de las vacunas y de las farmacéuticas que comenzaban a invadir el mercado, prevaleció sobre la salud.

El capital va donde espera encontrar rendimiento, no el bien común. Los poderes tenían, como hoy en día, gran interés en mantener a la población débil, enferma, diezmada y bajo control.

Por su parte, el poder económico no iba a financiar curas 100% eficaces y gratuitas, como la que nos  suministra el agua del mar, teniendo a mano a Darwin y a Pasteaur como coartada teórica para  justificar y producir toda una industria de artificios específicos vendibles (antibióticos, vacunas, etc.).

Quinton ha sido olvidado de forma increíble y premeditada, olvidado históricamente.

Sin embargo, el objeto de este artículo es dar a conocer ampliamente a la humanidad las propiedades gratuitas del mar, que existen personas que han seguido el trabajo de Quinton y que trabajan para implantarlo de nuevo, creando dispensarios y oasis marinos como legado permanente para la humanidad.

– Laureano Domínguez –

– Francisco García Donas –

– Francisco Sánchez –

– Ángel Gracia –

En el primer encuentro internacional realizado en Tenerife en el 2003, la Doctora  Maria Jesús Clavera Ortíz expuso una ponencia con el título: “El uso del agua del Mar en Pediatría” concluyendo que “el plasma marino está especialmente indicado en toda patología aguda o crónica en la que esté involucrado el aparato digestivo, mucosas, piel, así como el sistema inmunitario (infecciones o alergias)” y termina diciendo que “en los países con escasez de recursos, el agua de mar tienen un gran valor como nutriente en sí misma, como rehidratante y como un importante agente antiinfecioso natural”.

– Dra. Maria Jesús Clavera Ortiz –

En diciembre de 2004, coincidiendo con el 2º Congreso Internacional del Agua de Mar, en la que participaron 22 universidades, se celebró una experiencia única. El Primer Naufragio Voluntario, en la que 7 “náufragos voluntarios”, unos durante cuatro días y otros siete, sobrevivieron sin agua dulce ni alimento, consumiendo exclusivamente agua de mar, demostrándose así, ante la Comunidad científica Internacional, el poder nutricional celular del agua de mar, suficiente como para que un náufrago sobreviva en alta mar con agua hipertónica (consumición directa), sin necesidad de beber agua dulce.

– Doctor Ángel Gracia, náufrago voluntario de 79 años –

Quedó desmentida la creencia popular de que quien tenga un naufragio y beba agua de mar morirá o se volverá loco. No sólo se hidrata el náufrago, sino que se nutre celularmente. Se acabó también el mito con el que se sustentan las estadísticas que señalan que el 90% de los náufragos mueren al tercer día. Además de hidratar el organismo mitigando su sed, el agua del mar inhibe la sensación de hambre.

Beber tres vasos de agua de mar isotónica (2/3 de agua de mar y 1/3 de agua mineral), es ideal para nuestro organismo y nos protegerá de numerosas enfermedades. Este plasma marino es gratuito y fuente de vida. Los dispensarios que nuevamente se están abriendo, aunque muy lentamente, deberán ser las clínicas futuras, el bienestar del ser humano que tiene a su alcance elementos gratuitos y en abundancia, para reforzar su salud.

A la mayoría de los humanos el mar nos atrae, nos fascina, nos encanta escuchar su canto cuando las olas chocan en los acantilados o se deslizan suavemente por la arena fina de las playas. Dentro de nosotros se activa nuestro recuerdo escondido, nuestra afinidad por el lugar de donde procedemos, nuestro recuerdo celular que siente como el mar es su infinita casa, su origen, la vida misma.

Nuestro cuerpo tiene un 70% de agua de mar isotónica. Nuestras lágrimas, el sudor, la sangre… todo es salado. El agua del mar baña todos nuestros organismos internos. Por ello tomar agua de mar, es renovar nuestros líquidos internos y proteger el medio interno para que ningún germen pueda alterar nuestra estructura.

El agua del mar presenta muchos beneficios para nuestra salud:

· Debido a su densidad, nos facilita la relajación muscular.

· Mejora la capacidad respiratoria.

· Ayuda en la eliminación de toxinas.

· Mejora la circulación sanguínea debido a la presión.

· Por su alto contenido de sodio, el agua de mar es de gran ayuda en la recuperación muscular.

· En el agua los esfuerzos del corazón son menores.

· Alivia dolores reumáticos y musculares.

· Los baños en agua de mar son buenos para combatir la soriasis.

· Su alto contenido de magnesio es muy efectivo para ayudar a calmar la ansiedad.

· Revitaliza los tejidos y equilibra y retrasa el envejecimiento de nuestra piel.

· La brisa marina y los paseos por la arena ayudan a nuestro organismo a mantenerse bien.

· El aire a la orilla del mar tiene condiciones muy especiales pues está cargado de iones negativos generados por las olas del mar, teniendo efecto relajante y antidepresivo.

Laureano Alberto Domínguez, gran investigador colombiano, ha resucitado los Dispensarios de Quinton, emprendiendo conversaciones y alianzas en distintas partes del mundo con el fin de extender este tipo de centros  indispensables para la salud de las personas.

– Laureano Domínguez –

Estos Dispensarios sirven para la distribución del agua de mar de forma gratuita para diversos usos, realizándose un seguimiento clínico de las personas que utilizan la terapia y en la que se efectúan diversas actividades educativas, (tanto en medios como en conferencias y centros educativos) promoviendo el conocimiento sobre el potencial inmenso del agua de mar como nutriente excelente.

Laureano, al que considero discípulo de Quinton, no hace más que viajar intentando abrir estos nuevos dispensarios, ayudando a que la gente tenga un recurso gratuito que le pueda beneficiar, para salvar vidas y aumentar la calidad de vida de las personas, sobre todo en aquellos lugares donde el hambre y la pobreza golpean con fuerza ante los ojos cerrados de los países occidentales.

La consigna, desde tiempos de Quinton, es que el agua de mar no se vende. Es un bien de toda la humanidad. Uno de los propósitos de los Dispensarios es que en el proceso de recogida de mar, transporte y almacenamiento, no exista presencia de dinero, de coste alguno, sino que sea un acto de absoluta solidaridad. Así se ha hecho ya en Nicaragua, Mauritania, Uruguay y Colombia.

Para que esto pueda ser posible, Laureano comenta que deben establecerse brigadas de apoyo para recoger el agua y traerla a los lugares donde se necesite. Para ello se necesita que alguien dedique el tiempo, que ponga el combustible, el vehículo y su ingenio. Algo tan sencillo y barato que los propios gobiernos deberían establecer estos servicios totalmente gratis y estar en los objetivos y programas de sanidad y salud.

Con el agua de mar también se puede forestar, cultivar, crear Oasis Marinos que dejaremos para otra ocasión en estas entregas que estoy escribiendo para dar a conocer de forma amplia, las propiedades tan inmensas que posee el agua del mar.

Debemos extender estos conocimientos a todo aquel que quiera escucharlo. Deben cederse estos descubrimientos de Quinton a los países que se encuentran en situaciones extremas de pobreza y hambre. Millones de niños y adultos pueden beneficiarse de los Oasis Marinos, los Dispensarios, y de la ingesta de agua del mar. Un recurso que tenemos de forma ilimitada, una materia prima gratuita, un plasma marino que nos da vida y que tanto tu, como una aldea de Etiopia o yo, podemos obtenerlo con solo extender nuestros brazos.

El mar y sus propiedades curativas y nutricionales es un legado que Quinton dejó para la humanidad, un legado que nos quieren quitar mediante la ignorancia, con el ocultamiento de la vida y obra de René, con el olvido de lo que hizo por miles de personas. Las farmacéuticas y los intereses económicos ocultan el avance de la ciencia, del conocimiento natural, y de nuestra armonía con el medio y con nosotros mismos.

– René Quinton –

El objetivo principal de este trabajo es que se difunda el legado de René por todas las redes sociales posibles, y a través de médicos e instituciones. Consigamos que Quinton de nuevo resurja de ese agujero negro al que han querido hundirle sin éxito, y que sus enseñanzas sean patrimonio de todos, poniéndose en práctica en aquellos lugares donde la pobreza y el hambre son el horror y la plaga que cae en las consciencias de los mismos países que solo buscan beneficios económicos sin buscar una solución global.

El agua del mar es una vía para la felicidad de muchas personas. Debemos velar para que ningún gobierno ni ninguna multinacional nos lo arrebate.

RENÉ QUINTON, UN SABIO EN EL OLVIDO

La vida no se somete al medio, sino al contrario,

es el medio el que se somete a la vida, a la célula”

RENÉ QUINTON (1866-1925)

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pedro pozas terrados

* Artículo elaborado por PEDRO POZAS TERRADOS

Naturalista. Primatologista

Director Ejecutivo y Coordinador del Proyecto Gran Simio

Voluntario activo de Greenpeace

Director de Proyecto Fotográfico Libertad

Director y guionista del Programa “Voces del Planeta”

Con el presente artículo de nuestro querido Pedro Pozas Terrados, iniciamos una serie monográfica sobre las aportaciones de las investigaciones de René Quinton en cuanto a las propiedades del agua de mar y sus beneficios para nuestra salud.

Para ello contaremos con la colaboración de varios expertos en el tema, con el objetivo de ayudar a difundir al máximo esta temática, que consideramos de vital importancia. Rogamos vuestra colaboración en la difusión.

Para mayor comprensión y difusión, recomendamos encarecidamente el visionado del presente trabajo en su versión en formato de presentación powerpoint o en pdf (descargables al final del artículo).

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RENE QUINTON, UN SABIO EN EL OLVIDO

René Quinton nació el 15 de diciembre de 1866 en Chaumes, Brie (Francia). Hijo de un médico y alcalde de la ciudad, Quinton no recibió formación científica particular alguna, sin embargo como muchos grandes hombres de la historia, fue un autodidacta sumamente culto que estaba al tanto de los principales avances y descubrimientos científicos de su época.

Después de estudiar letras y hacer algunos cursos en el Museo de Historia Natural, comenzó su peculiar y genial carrera en el ámbito científico que revolucionó los paradigmas de la época.

La academia de ciencias francesa no dudó en decir que después de Darwin, nadie sino Quinton había hecho aportes tan relevantes en el campo de la biología. Sin embargo, sin ánimo de entablar batalla contra nadie, demostró al mismo Charles Darwin que “la vida no se somete al medio, sino al contrario, es el medio el que se somete a la vida, a la célula” .

Enfermó de tuberculosis, pero al haberse trasladado una temporada a vivir junto al mar y curarse, descubrió que la composición química del agua del mar es muy semejante a la de la sangre de los vertebrados, retomando así los trabajos del célebre fisiólogo Claude Bernard.

De esta forma nació el célebre “Plasma de Quinton”, utilizado en los dispensarios marinos que él mismo creó para salvar miles de vidas en diversas ciudades francesas y extranjeras.

Hacía 1897, en el laboratorio de Fisiología y Patología de estudios Superiores del Colegio de Francia, sustituyó toda la sangre de un perro callejero por agua de mar isotónica (diluida con agua dulce en una proporción de 2/3 agua del mar por uno dulce). En apenas unos días, el organismo del perro volvió a reproducir los glóbulos y plaquetas que convierten el agua marina en sangre. El animal se recuperó completamente.

Louis Pasteur acababa de morir (1895) tras haber desarrollado su trabajo basado en el ataque a los microbios invasores. De ahí surgieron las vacunas y los antibióticos, el negocio de las farmacéuticas en la medicina moderna.

Sin embargo, el mismo Pasteur había reconocido en su lecho de muerte que “el terreno lo es todo”. Quinton ya tenía claro con antelación, que para vencer a la enfermedad, todo lo que había que hacer era reforzar “el terreno”, el medio interno de la persona, esencialmente agua de mar, pero “isotónica”.

Al tomar agua del mar o al sernos inyectada, nuestro medio interno recupera su poder. Y en un medio interno correcto ya no hace falta perseguir a los microbios nocivos, porque allí ellos no pueden prosperar. El suero marino da fuerza biológica a la célula para oponerse a la mayoría de las enfermedades.

En 1975, en el Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife), se llevaron a cabo experimentos con varios perros similares a los de Quinton, bajo los Protocolos de la Comunidad Europea, con agua isotónica. Los resultados fueron satisfactorios y los perros se recuperaron perfectamente.

Con ello se demostró que el agua del mar, que contiene los 118 elementos de la tabla periódica, es más eficaz que el suero artificial. Durante la Primera Guerra Mundial, el ejército francés empleó agua de mar para compensar la pérdida de sangre de los heridos en combate.

En diciembre del 2003, en la misma Universidad de La Laguna, se practicaron el desangrado de diez perras y se les trasplantó esta vez agua hipertónica como plasma sanguíneo, es decir, recogida directamente del Océano Atlántico, recuperándose todas perfectamente y sin ningún problema.

En 1904 Quinton publicó el libro “El agua de mar, medio orgánico”, el cual despertó un gran interés en todo el mundo. Pronto empezó a abrir sus dispensarios marinos en París, Montpellier, Lyon, Londres y Egipto y hubo hospitales que se adhirieron al método marino.

El éxito fue fulminante. Las inyecciones de agua de mar isotónica aplicadas a los lactantes en los dispensarios marinos, se contaban por miles. Los médicos prescribían las inyecciones y Quinton alcanzó enseguida la fama.

Los problemas de salud de los bebés y los niños eran mucho más abundantes que hoy día. La mayoría de ellos relacionados con la desnutrición. Utilizando las virtudes del agua del mar, Quinton contribuyó de forma decisiva a reducir la mortalidad infantil, salvando a miles de niños de una muerte segura.

También trataba a los adultos muchos de ellos desahuciados por los médicos a los que lograba curar simplemente con un tratamiento de agua del mar. Los principales casos eran tifus, cólera y diarrea, la tuberculosis, los niños prematuros, la anorexia, enfermedades de la piel y malnutriciones graves.

Quinton curaba a la mayoría de ellos. Están documentados casos gravísimos a los que el tratamiento del mar los curó de forma fulminante.

En 1914, ya se habían presentado ocho tesis doctorales y originales solo en Francia sobre el suero marino. En vísperas de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) el Ministerio del Interior francés se proponía intervenir para que las inyecciones de agua de mar fueran obligatorias en la época escolar, del mismo modo que la vacuna de la viruela… pero llegó la guerra y con ella el olvido que fue aprovechado por los detractores de Quinton que no podían asumir el hecho de que curase sin ser médico o científico titulado. Los dispensarios abiertos, fueron desapareciendo progresivamente.

– Caza de brujas –

(Francisco de Goya y Lucientes)

Es incomprensible e inaceptable que la ausencia de un pedazo de papel universitario, pueda ocasionar semejante daño a la humanidad. Quinton poco a poco fue apartado de su popularidad bajo un escenario de guerra y posguerra donde las multinacionales comenzaban a despertar de sus lúgubres cavernas y convertirse en un verdadero cáncer de la sociedad.

Los médicos, tras apoyarle antes de la guerra, le olvidaron ya que veían en él y en sus curaciones, un peligro que ponía en evidencia  el  prestigio de su profesión y sus métodos de cura. Las farmacéuticas con las vacunas y fármacos despertaban de su letargo y extendieron sus garras y raíces en sus clientes favoritos, los enfermos, ocultando el poder del agua del mar, un antibiótico natural totalmente gratuito y que hubiera podido desempeñar una milagrosa erradicación de las mayorías de las enfermedades existentes por entonces y en la actualidad.

Las conclusiones de Quinton nos llevan a comprender que los organismos propios de la vida animal son verdaderos acuarios marinos en las que las células que lo constituyen, continúan viviendo en las mismas condiciones en las que se encontraba la célula primitiva.

Para comprobarlo, Quinton realiza una serie de experimentos que, entre otras cosas, demuestran que los glóbulos blancos sobreviven perfectamente en el agua del mar, lo cual hasta la fecha, no se ha podido lograr en ningún otro tipo de medio, incluyendo el suero, que básicamente está compuesto de agua y cloruro de sodio.

Quinton formuló una serie de Leyes denominadas de la Constancia:

Ley de la Constancia Térmica: Frente al enfriamiento del globo, la vida animal, aparecida en estado de célula a una temperatura determinada, para su elevado funcionamiento celular, en los organismos indefinidamente suscitados a este efecto, tiende a mantener esta temperatura de los orígenes.

Ley de la Constancia Marina: La vida animal, aparecida en estado de célula en los mares, tiende a mantener las células constitutivas de los organismos para su funcionamiento celular elevado, a través de las series zoológicas, en el medio marino de los orígenes.

Ley de la Constancia Osmótica: La vida animal, aparecida en estado de célula en mares de una concentración salina determinada, ha tendido a mantener, para su funcionamiento celular elevado, a través de la serie zoológica, esta concentración de los orígenes.

Ley de la Constancia General: Frente a las variaciones de todo orden que pueden sufrir en el curso de las eras, los diferentes hábitats de la vida animal, aparecida celularmente en condiciones físicas y químicas determinadas, ésta tiende a mantener, para su funcionamiento celular elevado, a través de la serie zoológica, estas condiciones de los orígenes.

Básicamente postuló que la vida se originó en el mar, y que cada cuerpo humano es como un pequeño océano en el que flotan las células. Si este océano interior mantiene sus condiciones físicas (es decir, su ph, salinidad, temperatura, etc.) similares a las primigenias, el conjunto del cuerpo se mantiene en un estado de equilibrio natural, que es lo que llamamos salud.

Y al contrario, si se presenta una carencia o un desequilibrio en estos factores, se dificulta (o llega a impedirse) el funcionamiento normal del conjunto del organismo, que es el estado al que llamamos enfermedad.

En sucesivas entregas, iremos descubriendo el poder del agua del mar y como siendo un elemento abundante y gratuito, puede combatir las enfermedades, la desnutrición, acabar con el hambre en el mundo e incluso regando tierras desérticas para la explotación de la agricultura.

De la misma forma que sucedió con los descubrimientos e inventos de Nicola Tesla (el cual vivió en la misma época que Quinton), se ocultó a la sociedad la manera de obtener energía  gratuita o su transporte sin cables. Las multinacionales y los intereses económicos supieron como aislarlo y tomarlo por loco hasta que murió olvidado. Quinton siguió su mismo camino a pesar de haberse reconocido su trabajo y haber demostrado que lo que descubrió era cierto, como así lo certificaban numerosos casos confirmados y el prestigio que llegó a tener en las más altas esferas de Francia.

– Nicola Tesla –

– René Quinton –

– Funeral de René Quinton (1925) –

Pero gracias a Laureano Alberto Domínguez Vicepresidente de Prodimar y de Aquamaris, los conocimientos de Quinton han salido a la luz y comienza a extenderse a la sociedad, creando dispensarios marinos y anunciando las excelentes propiedades del agua del mar.

Ellos y todos los que apoyamos a Rene Quinton, junto con Francisco García-Donas Presidente de Prodimar, creador del Proyecto Oasis y Dispensarios Marinos, consideramos que el agua del mar, es la madre de todas las aguas, y que su utilización en higiene, agricultura y nutrición humana y animal, no sólo resolverá el déficit mundial del agua, sino que eliminará el problema social y sanitario más grave que padece la humanidad: la desnutrición y la muerte cada año de millones de niños.

Ahora nos toca a todos nosotros portar el relevo y apoyar a quienes han sabido redescubrir la historia y nuestra esencia. Ha llegado por fin el momento de amplificar y expandir el legado de René Quinton hasta llegar al último rincón del planeta Tierra. Su conocimiento y el de sus discípulos nos reporta el compromiso y la responsabilidad necesarios para pasar a la acción y revertir la situación.

Divulgar los usos y aplicaciones del agua del mar, se hace  imprescindible, al tener ante nosotros y de forma gratuita, el plasma marino que nos da salud y energía para vivir.Todos los seres vivos procedemos del mar. El ciclo de la vida y el clima en el planeta, nace en el mar. El mar tiene la solución a todos nuestros problemas, es un plasma de energía inmenso, gratuito y no valorado por los intereses egoístas de las multinacionales que todo lo quieren patentar, sin importarles la vida en la Tierra. La savia del mar nos hace respirar y vivir con intensidad.

ARTÍCULO EN FORMATO DE PRESENTACIÓN

EPM #145 – RENÉ QUINTON, UN SABIO EN EL OLVIDO

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Los beneficios del agua de mar en el IV Congreso de Ciencia y Espíritu en Madrid

Laureano Domíguez y Francisco García-Donas
Francisco García-Donas Navarro, presidente del Proyecto Oasis Marinos y Dispensarios Marinos OMDIMAR, co-fundador de AQUAMARIS, ha dedicado los últimos años a llevar los descubrimientos relacionados con el agua de mar a zonas de sequía y hambruna. Vive en Poblete, cerca a Ciudad Real, España.

Laureano Domínguez Vicepresidente de la Fundación Española Aquamaris, y coordinador de la expansión de los Dispensarios Marinos y los Oasis Marinos en zonas donde de a poco se crea la cultura del uso del agua de mar, tanto en nutrición humana como en agricultura.

Oasis Marinos y Dispensarios Marinos
Por ser un nutriente de primer orden
Propuesta para instalar dispensarios y que la gente ingiera ¡agua de mar!

El agua de mar contiene todos los elementos de la tabla periódica en forma orgánica y por tanto biodisponible; y en las proporciones exactas que el organismo necesita. Por tanto su ingesta no sólo puede ser una solución circunstancial al problema de desnutrición de millones de personas sino un sencillo remedio ante numerosas patologías. Que algo tan importante no lo asuma la sociedad es sencillamente incomprensible. De hecho el autor de este texto coordina una iniciativa que tiene por objeto construir oasis y dispensarios marinos en toda zona en la que haya desnutrición y/o hambruna. Una iniciativa digna de apoyo.

www.oasisydispensariosmarinos.com
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