Nueva embotelladora de Agua de Mar en España

AQUA DE MAR es un producto extraído, en su estado más puro de la fuente de vida por excelencia, el MAR. Respetando el sabor que de él mana y convertirlo en apto para el consumo humano. En un proceso escrupuloso, exigente y exhaustivo, realiza la captación del agua en pleno Parque Natural de «Cabo de Gata». Lugar de especial protección administrativa, por cuanto podemos garantizar la pureza de sus aguas. Aún así, la sometemos distintos tipos de micro-filtrados en frío que eliminan todo tipo materia orgánica, ofreciendo agua y todos los minerales existentes en el planeta tierra.

La empresa

AQUA DE MAR es una empresa de reciente constitución, que viene a materializar un ya antiguo uso en la más exigente cocina.

Desde una inquietud empresarial, obedeciendo a un espíritu emprendedor y con la plena convicción de lo beneficioso que resulta el consumo de productos naturales para nuestra salud, Aqua de mar anhela facilitar cómodamente el más natural de todos ellos, cuna de vida y que es el agua de mar.

Lo hace, paradójicamente, desde tierras del interior, desde Torredelcampo, una pequeña localidad de la provincia de Jaén.  Quizá por la mayor necesidad y dificultad de obtenerla cómoda y diariamente. Por esto mismo, esta joven empresa ha sido creada con el único y gran objeto de facilitar el acceso de AGUA DE MAR a las tierras de interior, y ¿porqué no?, también a las costeras, en sus cómodos envases donde podemos encontrarla ya sanitizada y contenedora de todas sus innumerables cualidades organoléptica y sanitarias.

Esta necesidad, que hoy planteamos como posibilidad de negocio, nace de un constante ir y venir a la costa a recoger el agua de mar con el objeto de cubrir los mas altos estándares culinarios, resultando ideal para la descongelación, lavado y cocción de pescados y mariscos, además de la preparación y elaboración de todo tipo de platos, en especial los de origen marino.

Por lo expuesto, por todo cuanto hacemos y podemos hacer, en aras de nuestro espíritu de servicio, nace AQUA DE MAR.

Productos

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Formato PET

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Formato Bag In Box

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  • 20L.
Dirección:

Paseo de la Estación, 11

23640 Torredelcampo (Jaén) España

Email: info@aquademar.eu

Teléfono: +34 953 567 524

Fax: +34 953 568 533

Móvil: +34 655 958 760

http://www.aquademar.eu

 

“El agua que bebemos debe estar viva”

El agua embotellada está viva?

Lo está cuando se puede mover en vórtice.

¿…?

Se trata del patrón de movimiento circular que usa el universo para mantenerse vivo. De hecho, un átomo, desde lord Kelvin hasta la física cuántica, es definido como un vórtice con un 1% de masa.

¿Es el movimiento de la naturaleza?

Desde los átomos hasta las galaxias, el ADN, la sangre que bombea el corazón, el agua de los océanos, los tornados, los huracanes, la Vía Láctea o el agujero negro que hay en su centro; todo lo vivo necesita el vórtice para mantenerse vivo. El agua está viva si donde está almacenada puede moverse en vórtice.

¿Y qué implica que se mueva en vórtice?

Implica el segundo patrón, el de orden, que en el caso del agua es una estructura molecular hexagonal. Gracias al movimiento en vórtice, el agua puede mantener esa estructura y todo lo que tiene en disolución de forma uniforme.

Aunque no podamos verla, la energía se mueve en vórtices, como el agua o los huracanes”

¿Y si no se mueve en vórtice?

En el universo todo está formateado, como en el mundo digital, y si la estructura es la adecuada, la información está bien distribuida; pero si se ha perdido la estructura, está informe.

¿Pura física?

Sí. En 1827, Robert Brown descubrió que las moléculas de agua se están moviendo constantemente y de forma espontánea a unos 1.600 km por hora. Albert Einstein lo confirmó en 1905. La pregunta que me surgió tras trabajar quince años en el sector del agua fue: ¿qué pasa dentro de una botella si el agua se está moviendo a esa velocidad?

¿Y qué pasa?

En cualquier bebida envasada en una botella cuadrada o de paredes ovales y fondo plano, las moléculas de agua sólo pueden moverse linealmente. El puzle lo completé observando cómo la naturaleza guardaba la vida.

¿Cómo?

En la forma ovoide, lo vemos en la mayoría de las frutas, las semillas y los óvulos. Aunque no podamos verla, la energía se mueve en vórtices, como el agua o los huracanes.

¿Así nació su botella en forma de huevo?

Sí, pero hay más: la naturaleza elige la forma ovoide y elige también una proporción para desarrollarse, la proporción phi.

Presente en nuestro ADN.

…Y en las galaxias. Es el patrón de crecimiento de las ramas de los árboles, las hojas de lasplantas, el organismo humano… Diseñé unabotella teniendo en cuenta ambos principios.

¿Tecnología que copia la naturaleza?

Exacto, de esa manera llegué a la conclusión de que el envase para guardar el agua, cualquier bebida, liquido cosmético o farmacéutico, no debe ser un simple contenedor.

…Debe guardar la proporción phi en una forma ovoide.

Exacto. El agua es entre el 70% y el 90% de cualquiera de estos líquidos y debe poder comportarse como lo hace en la naturaleza para preservar sus características. El agua que bebemos debe estar viva.

Pero el agua está previamente almacenada en garrafas que no son ovoides…

En cuanto la vuelves a introducir en un contenedor ovoide se estructura, digamos que recupera la memoria. En un futuro todos los envases tendrán forma ovoide, mi botella es simplemente una expresión más de la geometría de la vida que podemos incorporar a nuestra vida cotidiana organizando entornos más ergonómicos, sostenibles, saludables y armónicos.

Antiguas vasijas romanas ya eran ovoides.

Sí, y muchos productores fermentan sus vinos en tanques ovoides porque así consiguen que el vino tenga la misma calidad en todo el tanque. Y la ingeniería está utilizando la forma ovoide para los grandes depósitos de reciclaje de agua, lo vemos en Alemania, Japón y EE.UU.

No existe un modelo de computación tan complejo como para ser capaz de replicar la danza de una gota de agua”

¿Por qué?

Se han dado cuenta de que el gasto energético es mucho menor porque el movimiento en vórtice hace que los microorganismos fermenten de manera uniforme.

¿Cómo llegó a interesarse por el agua?

Distribuyendo una marca de equipos de tratamiento de agua norteamericana descubrí la tremenda sofisticación del agua.

Todavía guarda misterios para la ciencia.

Supe que una gota de agua tiene 4.000 trillones de moléculas de H2O que cada cien millonésimas de segundo cambian sus enlaces de hidrógeno, fenómeno que en biología se conoce como la danza del agua. No existe un modelo de computación tan complejo como para ser capaz de replicar la danza de una gota de agua.

Entiendo su entusiasmo.

Me enamoré del agua y me asombró que el secreto de la vida esté guardado en el elemento que nos constituye a nosotros y al planeta en un 70%. Entendí que somos seres líquidos y que el agua es un elemento vivo; que si queremos sentirnos bien debemos tener en cuenta que el agua está en el principio de todo.

¿Qué andaba buscando?

Poder aportar en la última etapa de mi vida algo que fuera significativo y que tuviera muy poco coste. Pero no he inventado nada, sólo he observado. Si construimos nuestras tecnologías respetando los patrones de orden, crecimiento y movimiento que utiliza el universo para ­crear, tendremos un mundo más sostenible y más eficiente, y eso es algo que se puede aplicar a una botella, a un edificio o a una ciudad.

Irse para crear

No vio una bombilla hasta cumplir los 7 años. Su curiosidad le llevó lejos de su pueblo, en la sierra de Granada. Durante 11 años fue profesor de Esade y consultor en management. Luego decidió poner la atención en su interior y se inició en el camino del zen hasta ser ordenado monje. En el 2004 desarrolló, junto a cuatro personas, una tecnología para reestructurar molecularmente el agua y fundó Nayadel Tecnologías Vivas. Desde entonces no ha dejado de investigar e impartir conferencias sobre las cualidades del agua como soporte y transmisor de información y la importancia de la geometría como soporte de la vida. Desde el 2012 vive en California, donde ha creado la botella Vitbot: “Allí, todo es más fácil” .

Fuente: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20160307/40256299003/el-agua-que-bebemos-debe-estar-viva.html

Consejos prácticos ¿Dónde obtener agua de mar? Por Mariano Arnal

La respuesta a bote pronto es obvia: EN EL MAR. Pero hay que matizar. Muchos de los que hacen esta pregunta han oído hablar del suero o plasma de Quinton. Les suena que es agua de mar “tratada”, porque de entrada les parece algo increíble que el agua de mar tal como podemos recogerla directamente del mar, tenga tantísimas propiedades.
Si hablamos del suero o plasma de Quinton y de muchos otros preparados con agua de mar (incluida la envasada en botellas de medio litro a un litro), hemos de especificar que se encuentra en las farmacias. Tenemos por tanto agua de mar en la farmacia y en el mar.
¿Cuál es la diferencia esencial entre ambas? La principal diferencia es que en el agua de mar de farmacia, la firma que la envasa ofrece todas las garantías sanitarias que se exigen para suministrar agua para beber. Hay por tanto alguien respondiendo de la calidad sanitaria de esa agua. Y por supuesto, eso tiene un precio.
En cambio, respecto al agua de mar que tomemos nosotros directamente del mar, la garantía sanitaria nos la hemos de buscar nosotros mismos. Somos nosotros quienes nos hemos de asegurar de que el agua que captamos del mar, no está contaminada.
¿Cómo podemos saber si el agua que tomamos del mar está contaminada o no?
Es cierto que el mar sufre numerosos episodios de contaminación. Pero estamos muy lejos de poder afirmar que es peligroso tomar directamente agua del mar porque éste está mayormente contaminado. Eso no es así.
Tenemos dos clases de criterios para saber si podemos recoger agua de mar con confianza en un lugar determinado: unos indirectos y otros directos.
Criterio indirecto, pero en principio bastante certero sobre la fiabilidad sanitaria del agua de mar, son los controles diarios que hacen las autoridades sanitarias en las playas bajo su control. Cuando colocan en la playa BANDERA VERDE significa entre otras cosas que habiendo realizado el preceptivo análisis bacteriológico, han comprobado que no hay en el agua gérmenes patógenos. Por consiguiente, si sufre uno un revolcón por una ola y se pega una buena bocanada de agua, se le podrá romper un brazo, según sea el revolcón, o podrá sufrir una diarrea si la bocanada es cuantiosa; pero no pillará una infección, porque no hay con qué. Es fácil concluir de ahí que si las autoridades sanitarias garantizan que te puedes pegar un trago sin riesgo, también puedes cargar ahí mismo una botella o una garrafa de agua y llevártela para casa, sin riesgo alguno de contaminación por beber esa agua.
Donde no hay ese control sanitario, no es prohibitivo hacérselo uno mismo. Elija un lugar donde le conste que no hay vertidos ni industriales ni urbanos. Recoja de ahí varias garrafas de agua, y lo más probable es que la esté recogiendo de calidad. Para asegurarse, tome una muestra de esa agua y envíela al laboratorio o a la farmacia para que le hagan un análisis bacteriológico estándar para comprobar su potabilidad. Con sólo una recogida de varias garrafas, amortiza de sobras el precio del análisis (muy asequible) y tiene la tranquilidad absoluta de que el lugar que usted ha elegido para proveerse de agua de mar, es fiable. Si por cualquier circunstancia le asaltan las dudas, vuelva a hacer el análisis.
¿Y los metales pesados, y los venenos, y los demás vertidos?
No vamos a negar la contaminación no ya del mar, sino de todas las aguas, de los suelos, de la atmósfera, porque ahí está. Pero lo que tampoco haremos, es estar echándole nosotros mismos, cada uno de nosotros mediante los motores de combustión, venga veneno al aire que respiramos; y mientras hacemos esto, dedicarnos a llorar la contaminación del mar (que nos cae más lejos y son otros quienes lo contaminan), o la del espacio extraterrestre, que haberla, hayla, y que nos cae aún más lejos.
Contaminación, hay la que hay, y hemos de aprender a manejarnos con ella, como nos manejamos (¡tan ricamente!) con los pesticidas, insecticidas y fertilizantes, que antes de contaminar las tierras, las aguas y finalmente el mar, han contaminado la comida que nos llevamos a la boca. Pero de momento, las cosas son así: o vivimos con esos recursos malditos, o no vivimos.
¿Y en el mar? Pues resulta que el mar es la inmensidad de la tierra, y por ahora su estómago, sus pulmones, su hígado, sus riñones y muy probablemente, su cerebro. Aparte de la insondable inteligencia del agua (añádele el más completo cóctel de sales, y será el no va más de la sapiencia); aparte de eso, el mar tiene una altísima salinidad comparativa (36 por mil). Asociemos sal a incorruptibilidad; asociemos sal a conductividad; asociemos sal a metabolismo y podremos hacernos una idea del inmenso trabajo que hace el mar en el planeta, en la biosfera, gracias a su alta salinidad. No hay en todo el planeta, nada capaz de plantarle batalla a la salinidad del mar y vencerla. Ni lo hay, ni lo habrá. Bástenos observar que el mar no ha hecho más que incrementar su salinidad. Por algo será. Nosotros, con la inmensa mayoría de los vivientes, nos hemos quedado con la salinidad arcaica de 9 por mil, la del mar primigenio en que se originó la vida. El mar actual la cuadruplica y por tanto nos cuadruplica en algo tan sumamente vital como la sal.
Pero es que el mar tiene además otra característica extraordinaria, increíble, que le defiende de cualquier agresión: el mar tiene un movimiento interno tan perfecto, es una batidora tan sumamente eficiente, que la dispersión de las sales que contiene es homogénea en todos los mares del mundo. Por su contenido en sales y elementos, cada gota de agua del mar es igual a otra gota, proceda del mar que proceda. Varía la densidad, básicamente a causa de la temperatura, pero no la composición. El mar es uno. Por eso los vertidos al mar, sean los que sean, tienden a dispersarse y por tanto a convertirse en nada en su inmensidad.
Pero aún hay un tercer factor en el mar, que lucha con una eficacia avasalladora contra cualquier intento de corrupción de sus aguas: es la altísima densidad microbiana. El agua del mar bulle de vida microscópica, ávida de alimento. Los microorganismos que la pueblan, acaban con todo: nunca falta un especialista en la ingestión y consiguiente vitalización de cualquier cosa que le echen. Los microorganismos del mar luchan denodadamente por compatibilizar con la vida todo lo que está a su alcance.
Y por si faltaba algo, está el pH. No es por nada, pero resulta que nuestras enfermedades prefieren, y por tanto retroalimentan un medio ácido. Y mira por dónde, el agua de mar está en el polo opuesto: es alcalina. Frente a un pH en torno al 5 de las zonas enfermas de nuestro medio interno, el agua de mar nos ofrece un pH en torno al 8.5: mal han de vivir por tanto nuestros patógenos en contacto con esa agua.
Creo que todos éstos son motivos suficientes para que nos acerquemos al mar con confianza. A pesar de la acción humana contra él. Conozcámosla simplemente, y defendámonos de ella. No es tan difícil. Usando un mínimo de prudencia, el mar está a nuestro alcance.
Ya tengo agua de mar. ¿Qué hago con ella?
Realmente el agua de mar es un recurso de enormes posibilidades. Podemos usarla fría y caliente, en forma de agua, de vapor, de hielo y de gelatina. Podemos emplearla para beber, para baño, para higiene bucodental, para irrigaciones nasales, para inhalarla, para fricciones, para apósitos, para inyectar, en enema. También en la cocina hace un papel extraordinario: desde su empleo como sal líquida, a complemento perfecto de cualquier jugo, infusión, cóctel, etc.
Vamos a pensar ahora sólo en una de sus muchas aplicaciones: en beberla. Si pensamos en beber agua de mar, hemos de elegir en principio si la beberemos hipertónica (sin rebajar) o isotónica (rebajada en la proporción 3+1: 3 partes de agua dulce, más 1 de agua de mar). Tanto en una forma como en otra, se puede mejorar el gusto añadiéndole zumo de limón. Y sea cual sea el formato, hay que decidir si se toma mucha de golpe o se va tomando a pequeños tragos.
Para decidir eso conviene saber básicamente si se prefiere usar el agua de mar como purgante (laxante por tanto) o como nutriente. En el primer caso, la mayor parte de las sales ingeridas, se pierden. En el segundo caso, se retienen totalmente. Para la primera opción va mejor el agua sin rebajar y tomada lo más seguida posible. A estos efectos se suele preferir tomarla en ayunas. Si se pretende beberla como nutriente, puede hacerse o convirtiéndola en isotónica o directamente hipertónica. Tanto en un caso como en otro, hay que procurar beberla a pequeños sorbos si es hipertónica y a pequeños vasos si es isotónica espaciados entre sí para evitar que la acumulación de sal en el intestino tenga efecto laxante.
En cuanto a la cantidad, si tenemos en cuenta por una parte la sal que ingerimos, y por otra la excelente calidad de esta sal (muy compensada por la gran variedad de elementos que la componen), un cuarto de litro será una buena cantidad de referencia, puesto que no representan una carga excesiva para nuestro organismo sus 9 gramos de excelente sal. Excepto que se tengan problemas renales o de hipertensión, en cuyo caso habría que empezar por cantidades menores y estar muy atento a las reacciones del organismo.
En cualquier caso, lo ideal es que el agua de mar desplace a cualquier sal que se consuma en la cocina, con lo cual se mantiene el equilibrio salino.

El agua del mar, una ayuda contra el sobrepeso

Un estudio concluye que existe una acción multifactorial del agua de mar sobre el metabolismo de azúcares y grasas.

El agua del mar, una ayuda contra el sobrepeso
El agua del mar se usa para elaborar complementos alimenticios.

 

Hasta ahora, las recomendaciones de consumo de agua de mar microfiltrada en frío se han apoyado  en la necesidad de reponer minerales como el magnesio, potasio y calcio, que suelen ser escasos en nuestra alimentación.

El Dr Hwang y su equipo de Departamento de Biotecnología de la Universidad de Daegu, investigaron en el estudio el uso del agua del mar en la lucha contra la obesidad y la diabetes. Su estudio demostró que, tras 84 días de consumo, una alimentación complementada con agua de mar ayudaba a reducir en un 7% el peso corporal y los niveles de glucosa en un 35%, al tiempo que daba lugar a una mayor tolerancia a la glucosa. El estudio concluyó que existe una acción multifactorial del agua de mar sobre el metabolismo de azúcares y grasas.

Es un complemento alimenticio, pero no debe sustutir a ningún alimento

Aunque el estudio destaca los beneficios del agua de mar para mejorar la tolerancia a la glucosa, se aconseja a las personas diabéticas que consulten con su médico antes de tomarlo.

En los últimos años algunos nutricionistas han incorporado el consumo de agua de mar (microfiltrada en frío para que conserve sus propiedades) como complemento alimenticio. Según explica Juan Alberola, director farmaceútico deLaboratorios Quinton, el agua de mar consumida de este modo proporciona los elementos y oligoelementos orgánicos, en dosis balanceadas y adecuadas, imprescindibles para una correcta nutrición celular y desarrollo de un óptimo metabolismo.

En opinión de los expertos consultados, el agua de mar debe entenderse como un complemento alimenticio, nunca como sustituto de ningún alimento. Así, lo ideal es adquirirlo como un posible hábito saludable, que se una a la práctica regular de deporte, al consumo de verduras, legumbres y hortalizas, así como al consumo de agua mineral.

Fuente: http://www.mujerhoy.com/belleza/dietas/201603/09/agua-ayuda-contra-sobrepeso-20160309104427.html